viernes, 16 de diciembre de 2011

Tintin (se carga todo lo que se mueve) en el Congo

Tintín, el reportero belga más famoso (supongo) vuelve a molar con motivo del reciente estreno de "Tintín: El secreto del unicornio", película de animación 3D dirigida por Steven Spielberg y producida por Peter Jackson. Pero yo no he venido a hablar de la película, eso sería demasiado mainstream, y además no la he visto.

Hoy en este blog tan cutre se va a hablar de una de las primeras aventuras del personaje creado por Hergé: Tintín en el Congo. Esta obra ha sido duramente criticada prácticamente desde que se publicó por su contenido racista y espíritu colonialista (conviene recordar que por aquel entonces el Congo era colonia belga), y la verdad es que no se puede decir que Tintín ni Milú tuvieran muy buenos modos con los lugareños.

Vaya juancojones
Pero yo voy a hablar de otra polémica relacionada con este cómic, quizá no tan aireada: el (mal)trato a los animales.
En su estancia en el Congo, el periodista del flequillo también tuvo tiempo para hacer un reportaje, que para eso estaba allí. Y ahí es donde empieza lo bueno, porque Tintín no se iba a conformar con grabar a los animales, él quería cazar. Así que, rifle en ristre, decide adentrarse en la jungla a ver qué encuentra.
Y lo primero que encuentra es un despistado antílope asomando tras una colina. Parece presa fácil, así que Tintín apunta, dispara y...el animal permanece impasible ante lo que parece un disparo errado por el reportero/cazador. El resto es mejor que mejor que lo veáis vosotros mismos.




El tío arrastra quince antílopes como si nada

En una escena graciosa como pocas, Tintín se acaba de cargar a quince antílopes pensando que en realidad se estaba batiendo contra un súper antílope inmortal. Además, se congratula de que no le va a faltar carne fresca. Menudo saque.

Apenas nos hemos recuperado de las risas provocadas por tan hilarante gag y nuestros queridos Tintín y Milú ya se ven envueltos en otro entuerto: un mono secuestra a Milú y se sube a un árbol. Horror. No es momento de usar la fuerza bruta, ya que la vida del can corre peligro. Tintín deberá "usar la astucia". ¿Qué tramara nuestro astuto amigo?

El rey del disfraz. Ni Mortadelo, oiga

¡Menudo ingenio el suyo! Aunque es una lástima que decidiera hacer un trueque por Milú con lo fácil que hubiera sido acribillar al mono una vez cerca. Quizás eso no le pareció lo suficientemente astuto.

Luego mata a un elefante y le corta los colmillos, desde luego el reportaje es un buen predecesor de Holocausto caníbal.

Tras grabar a unas jirafas con su cámara, Tintín encuentra un rinoceronte, y aquí vemos su espíritu de reportero, ya que lleva la cámara en una mano y la escopeta en la otra, y él decide liarse a tiros con el animal. Para su sorpresa, las balas rebotan en su dura piel, por lo que tendrá que volver a recurrir a su astucia de reportero intrépido. Y cafre.

King África se inspiró en estas viñetas para su canción

Literalmente lo revienta. A estas alturas cabe preguntarse para qué diantres quería un periodista un berbiquí y ¡dinamita! Pero es que Tintín no es un periodista cualquiera. Es el periodista definitivo, uno para el que la mejor manera de asegurarse una exclusiva es matar a la fuente.

Finalmente, justo antes de marcharse de África y poner rumbo a América, se carga un búfalo con un tirachinas gigante que fabrica en un momento. Así, como suena. Hay que reconocer que el ingenio del reportero no tiene límites. De esta muerte no pongo imágenes. Me he cansado de capturar pantalla (mis métodos para obtener imágenes son muy profesionales).

Sin más, recomiendo echarle un vistazo al comic, por curiosidad, porque la verdad es que, aparte de estas escenas "graciosas", es bastante regulero.

Nota del autor: Sé que esta entrada es muy mierder, incluso para este blog, pero tenía ganas de compartir mis impresiones acerca de las matanzas de Tintín en el Congo. Y de usar la palabra berbiquí. Las quejas, al twitter de Buenafuente (?).

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