lunes, 11 de abril de 2011

Review gastronómica: El snack del pulpo Paul


Como bien sabéis (y si no lo sabéis os lo digo ahora), me gusta comer guarrerías. Y si sale alguna chorrada nueva y es comestible me gusta probarla. Sobre todo snacks. Es por eso que esta review es tan especial para mí, aparte de por ser mi primera "crítica gastronómica".
Pues bien, ocurrió como suelen ocurrir los grandes acontecimientos, de casualidad, sin esperarlo. Pasé por delante de una tiendecilla de chucherías (lo de tiendecilla es literal, no creo que el establecimiento sea mas grande que un ascensor) y vi la bolsa, colgada de una tira de cartón que otrora había sujetado Pelotazos Matutano, pero de la que ahora colgaba, con ayuda de una pinza de la ropa, una bolsa de "El pulpo adivino". Esa bolsa tenía que ser mía, y por 30 módicos céntimos de Euro la adquirí.
El bendito kiosko

Una vez en casa, y tras la excitación inicial, comencé a reparar en detalles de la bolsa, como que estaba adornada con motivos rojigualda, en homenaje a los campeones del mundo. Además, como no podía ser de otra forma, aparece un pulpo (adivino, deduje) dibujado, con una bufanda de España y un balón de fútbol. A estas alturas cualquiera se debería haber percatado de que el pulpo adivino al que se refiere es el pulpo Paul.
Para mayor exhaltación patriótica, la marca que los comercializa es Tosfrit, marca española responsable de éxitos como las Apetinas o las Apetinas Ketchup y cuyo nombre es el ingenioso resultado de invertir la palabra 'fritos'. Cabe destacar que su mascota es un Sol muy molón con gafas de sol a lo Risky Business. Una marca con espíritu joven y rebelde, vamos.
Por último, un mensaje con caligrafía desenfadada nos insta a pedir un deseo y preguntarle al pulpo. ¿Cómo dice? Mirando el dorso de la bolsa mis dudas se disiparon un poco:
El Oráculo
Me imagino que consistía en que tú, inocente e infeliz, pidas un deseo y en el interior de la bolsa un papelito te responde con un 'SÍ' o un 'NO'. Y destaco el ME IMAGINO porque dentro de la bolsa no había nada, ni un papelito ni una inscripción que te indicara si el deseo que acabas de pedir se te va a cumplir. Fue un poco decepcionante, ya que llamándose pulpo adivino, que no adivine le hace perder la mitad de su idiosincrasia. Pensé que quizás funcionaba igual que los hipnotizadores o los médiums, si no crees en ellos no te hacen efecto, y la verdad es que no confiaba mucho en que el snack del pulpo adivino me leyera el futuro.

Después de tal torrente de emociones lo que menos me importaba era lo que en teoría era fundamental: el sabor. Y ahí es donde me llevé la sorpresa más grata.
¡Sabían a DRAKIS!
No a Pandilla Drakis, sino a los Drakis originales, los genuinos, los que un despiadado experto en marketing decidió retirar del mercado español. Esos con forma de dentadura naranja, que no sólo estaban buenísimos, sino que también servían para jugar a ser vampiro (?).
Pequeñas porciones de cielo
Sin duda este sería un snack imprescindible en mi dieta, la punta de la pirámide alimentaria, de no ser por un pequeño detalle: no lo he vuelto a encontrar. Ni en el kiosko donde lo descubrí, ni en otros establecimientos. Ni siquiera en mi establecimiento habitual, que diría un spot publicitario. Y no es alentador que en el catálogo de productos que Tosfrit tiene colgado en su (molona) página web ni siquiera se haga mención del snack "Pulpo adivino". Al menos me he enterado de que Tosfrit adquirió la licencia de 'El internado' y desde su web te puedes descargar posters de la serie e imprimirlos en tu imprenta habitual.

Aunque me he puesto en contacto con ellos para interesarme por el stock de Pulpo Adivino, mis esperanzas de que se siga comercializando son pocas, de hecho creo que es muy posible que esa bolsa que me comí y que tanto aprecié (aunque no lo suficiente) fuera la última bolsa de Pulpo Adivino que quedaba sobre la faz de La Tierra.



5 comentarios:

  1. Exquisito manjar. Estoy llorando.

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  2. Jajajaja gran crítica, sí señor.

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  3. jajajajajajajajajajajajaj
    yo quiero que lo lleves a la romería.
    Yo llevaré las croquetas de mi abuela. No sé si son suficiente...

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  4. Vaya, me he quedado con las ganas de probar esa delicia de snack... miraré en los pakistaníes de mi pueblo a ver si lo venden.

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  5. Quizás sea un poco tarde. Si no te llegaron a disipar las dudas, vivo a 30km de la fábrica de Tosfrit. ;-)

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